Encontré un pajarito muerto en la playa
entre las dunas y las rocas,
estaba ahí tan tranquilo,
como si se hubiese quedado dormido mientras volaba.
Alrededor los niños jugaban,
sin darse cuenta.
risas, gritos, canciones y el sonido de las olas en el fondo
más gente llegaba y se iban acomodando
en sus sillas, sus toallas de playa, sacaban sus parasoles,
sus heladeras, juguetes de plástico de colores brillantes.
Así pasaba el día, gente iba,
gente venía...
y mi pobre pajarito tendido en la arena
mientras el sol y el calor lo abrazaban.
Invisible a todo,
en su inmutable mudez.
El atardecer llegó en un instante
las familias se fueron yendo.
ya sólo quedaba unas cuantas personas
caminando y recogiendo conchas y piedrecitas
o
uno que otro grupo alrededor de una fogata.
El pajarito tendido en la arena
quieto y apacible
sin que nadie lo viera,
sin que nadie dijera nada.
soñaba que la marea subiera lo suficiente
para irse nadando
hasta siempre.
Por Fernando Muñoz
entre las dunas y las rocas,
estaba ahí tan tranquilo,
como si se hubiese quedado dormido mientras volaba.
Alrededor los niños jugaban,
sin darse cuenta.
risas, gritos, canciones y el sonido de las olas en el fondo
más gente llegaba y se iban acomodando
en sus sillas, sus toallas de playa, sacaban sus parasoles,
sus heladeras, juguetes de plástico de colores brillantes.
Así pasaba el día, gente iba,
gente venía...
y mi pobre pajarito tendido en la arena
mientras el sol y el calor lo abrazaban.
Invisible a todo,
en su inmutable mudez.
El atardecer llegó en un instante
las familias se fueron yendo.
ya sólo quedaba unas cuantas personas
caminando y recogiendo conchas y piedrecitas
o
uno que otro grupo alrededor de una fogata.
El pajarito tendido en la arena
quieto y apacible
sin que nadie lo viera,
sin que nadie dijera nada.
soñaba que la marea subiera lo suficiente
para irse nadando
hasta siempre.
Por Fernando Muñoz